viernes, 25 de septiembre de 2015

Susúrrame con voz dulce, mi bella musa,
la dura contienda que los dioses
marcaron entre Montescos y Capuletos;
la pasión prohibida que afloró
en esa estirpe.
El amor efímero, aunque eterno,
que desprendían los labios de Romeo,
la valentía azorada del puñal
de Julieta.
Las caricias escondidas,
los guiños furtivos,
los besos callados...
Dótame de arte para poder contarte,
para poder contarnos:
una historia tan bella
que la hacemos nuestra,
una historia tan trágica
que nos hace suyos.

Marina Peñas